¿Dónde están los hombres?
- juanadalidrivera
- 25 jul
- 3 Min. de lectura
Vivimos en una era donde la mujer ha asumido un rol protagónico en casi todos los escenarios de la vida: educación, empresas, política, ciencia, tecnología, emprendimiento, espiritualidad… Y no solo ha entrado: ha brillado. Hoy, ellas lideran aulas, gobiernos, movimientos sociales, equipos de trabajo, plataformas digitales y hasta conversaciones de cambio en los hogares. Sin embargo, en medio de este ascenso admirable y necesario, una pregunta comienza a hacerse cada vez más ruidosa: ¿Dónde están los hombres?
No se trata de una queja machista, ni una súplica nostálgica por tiempos pasados. Es, más bien, una sacudida, una alarma existencial que muchos hombres aún no escuchan… o no quieren escuchar.
El avance femenino no es el problema... la inercia masculina sí
La evolución de la mujer es uno de los logros más trascendentales de nuestra sociedad moderna. Su lucha por la igualdad de derechos, oportunidades y representación ha despertado conciencias, reformado estructuras y mejorando millones de vidas. Pero mientras todo eso ocurre, muchos hombres parecen haberse quedado dormidos, sin propósito, sin dirección, sin una brújula que los ubique en este nuevo mapa social.
Mientras ellas se preparan, ellos se entretienen.Mientras ellas lideran, ellos desaparecen.Mientras ellas se levantan, muchos se esconden… tras videojuegos, redes sociales, escapes emocionales o simples excusas.
Y la pregunta persiste, incómoda, casi vergonzosa:
¿Qué están haciendo los hombres con su masculinidad en este siglo XXI?
Una generación que no se encuentra
¿Es posible que esta generación de hombres esté perdida, confundida, emocionalmente atrofiada por una cultura que no les enseñó a expresar, a sanar, a construir su valor sin depender del dominio o del ego?¿Será que muchos se sienten desplazados y prefieren renunciar antes que transformarse?
En una sociedad que, con razón, le dio más espacio a la mujer, ¿quién le enseñó al hombre cómo adaptarse, evolucionar, reconstruirse?
Muchos hombres hoy no saben para qué están aquí. No tienen misión. No tienen mentor. No tienen claridad.
Y cuando un ser humano vive sin un propósito claro, fácilmente cae en la apatía, la frustración… o el escapismo.
La masculinidad no está en peligro… está sin liderar
No se trata de que los hombres estén en extinción, sino de que muchos están en pausa. Han dejado de liderar sus propias vidas. Han perdido la iniciativa de edificar. Han abandonado su rol de ser soporte, visión y dirección —no desde el control— sino desde la responsabilidad.
Hoy, más que nunca, se necesitan hombres presentes, conscientes, decididos, que comprendan que el liderazgo no es dominio, sino servicio; que ser hombre no es competir con la mujer, sino complementar con dignidad, respeto y propósito.
¿Y si en lugar de desaparecer... se reconstruyen?
Esta imagen en la portada —una mujer sola en una cafetería, mirando al vacío, mientras un hombre apenas se percibe como una sombra en el fondo— no es solo una foto artística. Es una metáfora de lo que muchas mujeres sienten hoy: han avanzado, pero no tienen con quién compartir ese avance. Se han preparado… pero ¿dónde están sus iguales?
Muchos hombres deben reconstruirse. No desde la fuerza bruta, sino desde la fuerza emocional y espiritual. No desde la competencia, sino desde la colaboración con propósito. No desde la culpa, sino desde la conciencia y la acción.
Una llamada urgente: Hombres, ¡regresen!
Regresen a sus hijos.Regresen a sus esposas, madres, comunidades.Regresen al liderazgo, pero ahora con sabiduría.Regresen a sus libros, a sus sueños, a su fe, a sus talentos.Regresen al compromiso consigo mismos.
La masculinidad sana no necesita gritar, dominar ni demostrar. Solo necesita ser y hacer con responsabilidad, carácter y amor.
No es cuestión de género, es cuestión de propósito
Este no es un llamado a restar valor al empoderamiento femenino. Todo lo contrario. Es una súplica para que el varón también despierte. Para que hombres y mujeres construyan juntos. Para que haya equilibrio, crecimiento mutuo, y sobre todo… futuro.
Porque si seguimos avanzando con un solo género cargando la mochila del mundo, tarde o temprano… se caerá el sistema.
¿Dónde están los hombres?Están. Pero muchos necesitan recordarse a sí mismos que aún pueden levantarse… y convertirse en la mejor versión de quienes fueron llamados a ser.
¿Te atreves a liderar tu vida nuevamente?
¿Y tú… dónde estás?

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